KILO DE CHÍA

Las semillas de chía son diminutas, de color negro o gris, y poseen una textura suave cuando se hidratan. A pesar de su tamaño, están repletas de nutrientes esenciales que benefician al organismo. Al entrar en contacto con líquidos, forman un gel natural rico en fibra soluble, lo que las hace ideales para mejorar la digestión y prolongar la saciedad. Su sabor es neutro, lo que permite incorporarlas fácilmente a cualquier tipo de alimento, tanto dulce como salado. La chía ha sido utilizada desde la época precolombina como fuente de energía por su gran valor nutricional y su capacidad para fortalecer el cuerpo de manera natural.

Formas de preparación y consumo:

• Hidratada: se deja reposar en agua, leche o jugo durante 15–30 minutos hasta formar un gel, que puede añadirse a batidos, yogures o postres.
• En desayunos: se mezcla con avena, granola, frutas o smoothies, aportando textura y nutrientes.
• En repostería: se utiliza en panes, galletas, tortas o pudines como fuente de fibra y sustituto parcial del huevo.
• Espolvoreada: se puede agregar directamente sobre ensaladas, sopas, yogur o jugos sin alterar el sabor.
• En bebidas naturales: como agua o limonada con chía, refrescante y energizante.
• En pudines: al combinarla con leche vegetal o yogurt, se obtiene un postre saludable y saciante.